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Indicadores de bienestar

Los indicadores de bienestar representan un conjunto de medidas que permiten conocer las condiciones económicas, políticas, culturales, médicas y de bienestar general que tiene una persona o grupo de personas para desarrollarse de forma óptima.

Cuantificar el bienestar de la sociedad y seguir los cambios a lo largo del tiempo de forma multidimensional no es una tarea fácil.

Esta tarea se convierte en un reto aún mayor, ya que la consecución de un cambio estructural en la economía o en los sistemas financieros puede percibirse de forma diferente en función de la condición inicial de la población o de lo que un país perciba como un aspecto crucial del desarrollo.


Además, a la hora de medir el bienestar hay que tener en cuenta las desigualdades entre los distintos grupos de población, como las diferentes regiones o los grupos de edad, ya sea comparando sus niveles absolutos o los lugares relativos en una distribución.

Hasta los logros sin precedentes de hoy en día en materia de recopilación y análisis de datos no tenemos acceso a datos valiosos que puedan hacer todo esto posible.

El Banco Mundial utiliza una medida global de la renta denominada renta nacional bruta (RNB) per cápita. Per cápita significa «por persona».

El indicador de la RNB se utiliza en el indicador de Crecimiento Inclusivo, que mide en qué medida el crecimiento económico se traduce en reducción de la pobreza y prosperidad compartida.

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha lanzado recientemente un estudio sobre un índice de bienestar en diferentes países, donde el PIB ya no es la variable más importante.

Esta organización se dedica a medir la calidad de vida a partir de diferentes indicadores estadísticos. Sin embargo, a diferencia de hace unos años, ahora se tienen en cuenta otros aspectos además de las cifras económicas.

Factores a tomar en cuenta

Condiciones materiales de vida

El nivel de vida material es el resultado de la posición económica, así como del nivel y la calidad de los bienes materiales de que disponen las personas.

Éstos, a su vez, dependen -entre otros factores- de las tasas de empleo, los índices de pobreza y la distribución de la renta.

Las condiciones materiales de vida, que incluyen las condiciones económicas, las condiciones materiales y la seguridad económica.

Así, se consideran aspectos como los valores medios de los ingresos, la población en riesgo de pobreza, la desigualdad de ingresos, las dificultades para llegar a fin de mes, la falta de espacio en la vivienda, los retrasos en los pagos, la imposibilidad de hacer frente a determinados gastos, etc.

Trabajo

El trabajo es una de las tres actividades productivas fundamentales que, junto con el consumo y la redistribución, debe gestionarse para satisfacer todas las necesidades de la sociedad. Comprende dos dimensiones: la cantidad y la calidad.

Por lo tanto, el trabajo implica todas aquellas actividades que ocupan la mayor parte del tiempo de un individuo y que se realizan para satisfacer sus propias necesidades o las de los demás.

Aquí se analizan cuestiones como las tasas de empleo, el desempleo de larga duración, el trabajo a tiempo parcial, los contratos temporales, la satisfacción laboral, etc.

Salud

El concepto de salud se ha definido como el grado de realización de las aspiraciones y de satisfacción de las necesidades de los individuos y, a su vez, se rige por el nivel de bienestar físico, mental y social.

El Índice de Salud es un elemento individual del Índice del Planeta Feliz (IPH). Se refiere a la salud, que incluye la esperanza de vida y el acceso a la atención sanitaria.

También se incluyen en el índice los hábitos que influyen en los estados de salud, como la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol y la actividad física.

Educación

Las personas que participan en el aprendizaje y la formación permanentes a lo largo de su vida tienen más probabilidades de aumentar sus ingresos y su nivel de competencias, de permanecer más tiempo en el mercado laboral, de tener mejores resultados en materia de salud y de reducir las tasas de desempleo.

Estas competencias educativas no tienen por qué ser adquiridas por todas las personas en un centro de enseñanza formal; por ejemplo, podemos aprender diferentes habilidades de nuestros amigos o familiares que pueden representar valiosas adiciones a nuestra vida porque pueden ayudarnos a resolver problemas cotidianos.

Ocio y relaciones sociales

Para los individuos, el ocio tiene un fuerte impacto en la satisfacción vital y el bienestar. En los países de la OCDE, aproximadamente dos tercios de la población dedican su tiempo libre al trabajo a socializar con amigos y familiares (OCDE, 2008).

Según Sirgy Et Al. (2001), algunos estudios se han centrado en la importancia del tiempo de ocio como medio de recreación, de sentirse renovado, de alejarse del estrés de la vida cotidiana o de estar activo y alerta para las tareas posteriores.

Basándose en esta perspectiva, se puede suponer que cuanto más tiempo se dedique a las actividades de ocio, más energía tendrán las personas para realizar las tareas de su vida.

Seguridad física y personal

El índice de seguridad es un buen indicador del estado de la seguridad en cada ciudad. Tiene en cuenta tanto la seguridad física como la personal, donde se analizan cuestiones como el número de homicidios, así como los casos de vandalismo y delincuencia.

El índice de bienestar social también tiene en cuenta la percepción de seguridad cuando se camina solo por la calle de noche.

Gobernanza y derechos básicos

Este indicador se utiliza para medir cuestiones como la confianza en el sistema político, en la policía o en el sistema judicial.

Este indicador se divide en dos componentes:

  • El primer componente de la capacidad, las instituciones y los servicios públicos, mide el grado de confianza en las instituciones públicas, como la policía o el sistema judicial, con respecto a las actividades de los grupos de interés y el clientelismo en la elaboración de políticas.
  • El segundo componente, la participación ciudadana, se centra en la forma en que los ciudadanos participan en el proceso democrático de un país y su grado de confianza en los partidos políticos y las ONG.

Entorno y medio ambiente

La puntuación de la habitabilidad ambiental, un indicador muy utilizado en la literatura académica y por los organismos gubernamentales, es una consideración importante para muchas personas.

Una gran cantidad de investigaciones ha demostrado que la calidad del entorno natural tiene un impacto directo en la calidad de vida de los individuos que viven en ese entorno.

La calidad del entorno, definida como una medida cualitativa de las condiciones ambientales, está estrechamente relacionada con la salud y la productividad de un individuo. Este indicador mide una amplia gama de condiciones ambientales, como la contaminación del aire, la calidad del agua, el ruido, el acceso a zonas verdes y recreativas y la muerte violenta.

Experiencia general de la vida

La escala de calidad de vida (QOLS) es una medida de 11 ítems que consta de dos subescalas: 1) Satisfacción vital actual y 2) Autoestima actual.

La QOLS se diseñó para medir la experiencia vital general y evaluar el bienestar subjetivo de los individuos. Este ítem incluye la satisfacción general con la vida, los sentimientos y las emociones, y el significado y el propósito personal.

El QOLS se ha utilizado ampliamente en una variedad de poblaciones, incluyendo aquellas con enfermedades físicas (por ejemplo, pacientes cardíacos), adultos sobrevivientes de abuso sexual en la infancia, mujeres diagnosticadas con cáncer y estudiantes universitarios a los que se les ofreció una sesión de terapia gratuita.

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