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Prevencion primaria, secundaria y terciaria

 Los niveles de atención son una forma ordenada y estratificada de organizar los recursos para satisfacer las necesidades de la población. Dichas necesidades a satisfacer no son consideradas por este modelo en términos de servicios prestados, sino en el de los problemas de salud que se resuelven.

  • Primer nivel: es el más cercano a la población, e implica la organización de los recursos que permite resolver las necesidades de atención básica y más frecuentes. Está integrado por actividades de promoción y prevención de la enfermedad; así como procedimientos de recuperación y rehabilitación.
  • Segundo nivel: se centra en la organización de los servicios de atención en medicina interna, pediatría, ginecobstetricia, cirugía general y psiquiatría.
  • Tercer nivel: se reserva para la atención de patologías complejas que requieren procedimientos especializados y de alta tecnología.

Por otro lado, la prevención se define como las medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida (Organización Mundial de la Salud, 2008). Esta dimensión está presente en los tres niveles de atención, y se divide a su vez en primariasecundaria y terciaria.

Por su parte, la atención primaria de salud o APS, es una estrategia institucional que busca sustituir los modelos biomédicos centrados en el tratamiento de la enfermedad que privilegian servicios curativos caros, por modelos basados en la promoción y prevención de los trastornos a costos mucho más razonables para la población. Cabe señalar que la APS es aplicable en todos los niveles de atención.

  • Prevención primaria: consiste en medidas orientadas a evitar la aparición de una enfermedad o problema de salud mediante el control de los factores causales y los factores predisponentes o condicionantes. Su objetivo es disminuir la incidencia de la enfermedad, y sus estrategias están dirigidas a prohibir o disminuir la exposición de las y los individuos a los factores nocivos, hasta niveles no dañinos para su salud (Organización Mundial de la Salud, 2008). Un ejemplo de este tipo de medidas, es el uso de cubrebocas y las campañas mediáticas sobre precauciones sanitarias durante la pandemia de COVID-19.
  • Prevención secundaria: está enfocada en el diagnóstico precoz de la enfermedad incipiente. Implica la búsqueda de señales de posible enfermedad en sujetos aparentemente sanos. Sus estrategias están orientadas al diagnóstico temprano, la captación oportuna y el tratamiento adecuado; con el objetivo de evitar o retardar la aparición de secuelas (Organización Mundial de la Salud, 2008). Un ejemplo de este tipo de prevención son las campañas de salud donde se toma la presión arterial y se miden los niveles de glucosa y triglicéridos, para detectar posibles casos de enfermedades crónico-degenerativas.
Prevención terciaria: se enfoca en el proceso de recuperación de una enfermedad clínicamente manifiesta, mediante un correcto diagnóstico y tratamiento, así como la rehabilitación física, psicológica y social en caso de invalidez o secuelas. Su objetivo es minimizar los sufrimientos causados al perder la salud; facilitar la adaptación de los pacientes a problemas incurables; y contribuir a prevenir o a reducir al máximo la nueva aparición de la enfermedad (Organización Panamericana de la Salud, 2007). Por ejemplo, el seguimiento médico y psicológico y el proceso de rehabilitación de un paciente con cáncer en remisión.

Es importante señalar que el concepto de prevención se ha ampliado en las últimas décadas, integrando conocimientos de psicopatología, criminología, epidemiología, ciencias del desarrollo humano y educación; para con ello formar una “ciencia de la prevención”. Constituida de esta forma, esta disciplina no sólo se ocupa de prevenir las enfermedades físicas, sino también los trastornos mentales y las conductas antisociales (Marina, 2012).

Dicha reorganización ha dado lugar a ciertos cambios en la clasificación de las estrategias preventivas. Para algunos profesionales, los proyectos de prevención deberían tomar en cuenta también la promoción del bienestar; mientras que otros autores sugieren la inclusión de nuevos niveles de prevención.

En este sentido, algunos especialistas consideran que existe un cuarto nivel de prevención, al que llaman primordial. La prevención primordial serían las medidas orientadas a evitar el surgimiento y la consolidación de patrones de vida social, económica y cultural, que se sabe contribuyen a elevar el riesgo de la enfermedad (CENDEISS, 2013). Por ejemplo, la puesta en marcha de campañas de nutrición que prevengan el desarrollo de enfermedades cardiacas, renales o crónico-degenerativas.

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